lunes, 26 de noviembre de 2012

Bután: felicidad

Bután: felicidad
..."Economía budista

La economía moderna, por otro lado, tiene al consumo como el único fin y propósito de toda actividad económica, considerando los factores de producción (tierra, trabajo y capital) como los medios.

El modelo óptimo de consumo, a la vez que produce un alto grado de satisfacción humana por medio de una proporción relativamente baja de consumo, permite a la gente vivir sin grandes tensiones y cumplir con uno de los principios básicos de la enseñanza budista: “Deja de hacer el mal, trata de hacer el bien”.

En cuanto a los recursos naturales, Bertrand de Jouvenel, filósofo político francés, ha definido al hombre occidental como el que “tiende a considerar que no hay más gasto que el esfuerzo humano; parece como que no le importase cuánto mineral desperdicia y, lo que es peor, cuánta materia viva destruye. Parece no entender en absoluto que la vida humana es una parte dependiente de un ecosistema constituido por muchas formas de vida. Como el mundo está regído desde ciudades donde los hombres están completamente separados de cualquier forma de vida que no sea humana, el sentimiento de pertenecer a un ecosistema no puede cobrar la vida. El resultado es un tratamiento duro y desconsiderado de todo aquello que precisamente necesita para vivir, como el agua y los árboles”.

El budismo prescribe una actitud reverente y no violenta no sólo para las criaturas sensibles. Todo seguidor de Buda debe plantar un árbol cada varios años y cuidarlo hasta que esté bien crecido.

La economía moderna no distingue entre los materiales renovables y no los renovables.

En el budismo, los bienes no renovables deben usarse sólo si son indispensables, y aún así con el mayor de los cuidados y con una preocupación meticulosa por su conservación..."

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